Justicia en la Evaluación Escolar: Un experimento de encuesta
Juan Carlos Castillo 1
María Fernanda Núñez 2
Kevin Carrasco 3
Andreas Laffert4
Las escuelas se caracterizan por ser un espacio donde se enfatiza y se premia el buen rendimiento basado en esfuerzos y talentos individuales, usualmente vinculado al concepto de meritocracia. En el caso Chileno, el sistema educativo posee un alto nivel de privatización, generando segregación y reproduciendo las desigualdades de origen (Bellei 2013; Corvalán y García-Huidobro 2015). En el plano normativo, dicho contexto promueve la competencia, una alta valoración de los logros individuales y el esfuerzo (Darnon et al. 2018). Dicha valoración del mérito ha sido vinculada con la justificación de la desigualdad, funcionando como legitimador de las diferencias muchas veces asociadas a las oportunidades (Mijs 2016; Wiederkehr et al. 2015; Castillo 2011; Wilson 2003).
En el contexto escolar, las calificaciones cumplen una función central como mecanismo de recompensa y evaluación, simbolizando el reconocimiento institucional del esfuerzo y el talento individual de los estudiantes. La asignación de notas se enmarca en principios meritocráticos, al considerarse que reflejan una correspondencia justa entre el rendimiento académico y los criterios de esfuerzo, dedicación y habilidades demostradas en un entorno competitivo. Desde esta perspectiva, la equidad es entendida como una correspondencia proporcional entre el mérito (expresado a través del esfuerzo o el talento) y la recompensa (representada por la nota obtenida) (Resh 2010; Wilson 2003). Este vínculo entre las calificaciones y el mérito las convierte en un instrumento clave dentro de las dinámicas escolares, donde las notas no solo reflejan logros individuales, sino que también influyen en la percepción de justicia y la legitimidad de las diferencias académicas. En este sentido, las calificaciones constituyen una forma concreta y cotidiana de justicia distributiva, al operar como indicadores tangibles de reconocimiento dentro de una estructura que premia el mérito en función de estándares normativos y competitivos (Gilgen 2020). Así, este estudio aborda la siguiente pregunta: ¿en qué medida los estudiantes consideran que las notas se asocian a desempeño (esfuerzo) individual, independiente de las oportunidades de origen?
Esta investigación se propone utilizar un experimento distribucional de encuesta (DSE) (Gilgen 2020) aplicado a la distribución de notas en el contexto escolar. Para ello, se utiliza un experimento presentado a estudiantes de nivel básico (7°grado) y medio (10° grado), aplicado como parte de una encuesta sobre temas de educación y meritocracia en Chile (N=700). El experimento consiste en que los estudiantes distribuyan décimas de notas a casos ficticios que representan distintas combinaciones de esfuerzo y oportunidades. Mediante esta decisión de asignación de décimas, los casos ficticios podrían aprobar o reprobar la evaluación, por lo tanto la asignación de décimas tiene consecuencias en términos del desempeño.
Los resultados descriptivos preliminares indican la manifestación del principio meritocrático en la distribución de recompensas en edades tempranas. Se observa una proporcionalidad entre la asignación y el mérito en la distribución de las décimas, junto a un orden de priorización en las características que los estudiantes tienen en cuenta al momento de la asignación: primero se recompensa a los estudiantes más meritorios, posteriormente y ante la ausencia del mérito, se recompensa a quien tienen menos oportunidades. A la luz de estos resultados, se buscará identificar si las creencias meritocráticas de los/as estudiantes están relacionadas con dicha asignación.